Pepa Luzardo
Portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria
La frase que encabeza este artículo es con la que finalizó el gobierno tripartito (PSOE- Podemos y la extinta Nueva Canarias, ahora Bloque Canarista) una comparecencia el pasado Pleno sobre el Museo Néstor y su necesaria rehabilitación a petición del grupo político que represento.
Las recientes lluvias pusieron de manifiesto el estado en que se encuentra este emblemático edificio que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento en octubre de 2013, así como la obra de Néstor, que fue también fue vinculada al BIC, al igual que los bienes muebles que integran el museo. Se incluye en el mismo el Bodegón, la Ermita Santa Catalina, la plaza de Las Palmas y el Museo cuya primera piedra se colocó el 2 de abril de 1938, ideado por Néstor Martín- Fernández y formalizado por su hermano, el arquitecto Miguel Martín Fernández.
Fueron otras lluvias, a finales de 2017, las que propiciaron el cierre de este recinto cultural, para llevar acabo la tercera fase de la rehabilitación del conjunto arquitectónico, con la obra del museo, de las tiendas, la plaza y la ermita.
En primer lugar, hablemos de la ermita. Sus obras fueron denunciadas por el Cabildo en abril de 2019 paralizándolas hasta mayo de 2022, cuando por fin ha obtenido el beneplácito de la Comisión Insular de Patrimonio Cultural para ejecutarse los trabajos de rehabilitación de la cubierta, la protección de los bienes muebles y solventar las humedades que tiene este espacio. Hay que recordar que la ermita alberga los murales de Jesús Arencibia. La situación actual de estas obras son un despropósito y sinceramente creo que ni de manera intencionada se podría hacer peor. Un cierre provisional que se ha convertido en un abandono total. Una desidia denunciada también por la familia actual de Néstor y Miguel Martín- Fernández en unas declaraciones en marzo de este año.
Ahora, abordemos la sangrante situación del museo. Recordemos que es la principal pinacoteca de nuestro municipio y la segunda de Canarias. La aprobación del proyecto para la ejecución de las obras de rehabilitación y reapertura del museo llevan ya casi 60 meses. Cinco años en los que este Alcalde, ahora aspirante a presidir Gran canaria, no ha sido capaz de liderar el proyecto, a pesar de ser el presidente del patronato del Museo. Todo este tiempo, en el que el museo ha estado cerrado, ha delegado en su concejal (ex - Podemos) Javier Doreste, quien ha dilatado el proceso hasta enterarnos ahora de que ni si quiera se ha finalizado el proyecto básico, mientras el Cabildo de Gran Canaria (de quien depende la comisión de Patrimonio Histórico que debe aprobarlo) condiciona la aprobación a que el documento que se presente finalmente a la comisión de Patrimonio Histórico sea un proyecto de ejecución (y no básico) para luego poder sacar a concurso las obras.
En reiteradas mociones, comparecencias y preguntas este gobierno nos iba contestando que en unos meses estaría listo el proyecto. Echaron la culpa del retraso a la pandemia, como si en ese tiempo no se pudiera haber redactado este documento y ahora la excusa es que el gran proyecto de rehabilitación nada tiene que ver con lo inicialmente propuesto. Costará 10 veces más que la primera propuesta de 2,5 millones, es decir estamos hablando de unos 25 millones, recordemos, sin que conozcamos aún ni el proyecto básico ni el de ejecución.
Ahora también sabemos que tienen que contratar a unos técnicos para el cálculo de la estructura, el diseño de la iluminación ornamental y el sistema contraincendios, aunque nos dijera en el Pleno que estos profesionales ya estaban contratados. Desde 2020 el Sr. Doreste también ha afirmado en varias ocasiones que cuenta con el beneplácito del Cabildo y que la licitación de la obra estaba al caer y ahora sabemos que durante todo este tiempo no ha dicho la verdad. El colmo fue cuando en marzo de este año, en una comparecencia presentada por mi grupo municipal, le echó literalmente la culpa al director del museo al que acusó de no presentar el proyecto museográfico, así como al Patronato, por una controversia sobre la ubicación del ascensor del museo.
Lo que nos deja perplejos es que después de este relato que he glosado, seis meses después de la última comparecencia sobre el museo, lo único que se le ocurre al concejal de Urbanismo es afirmar que “las prisas son malas consejeras”. Hay que tener arrojo después de cinco años para decirlo mientras el Alcalde, que es el presidente del patronato del Museo Néstor, ni se inmutó.
Mucho me temo que Hidalgo se irá de esta ciudad sin comenzar la obra de esta emblemática pinacoteca que acoge la obra de Néstor Martín-Fernández. Un espacio del que gracias a las imágenes grabadas de su interior, después de las lluvias y la publicación de fotos del interior, hemos conocido el estado lamentable de este BIC. Recordemos que la Ley de Patrimonio de Canarias aprobada en su última redacción en abril de 2019 establece como falta grave “omitir el cumplimiento del deber de conservación cuando dicha omisión suponga daños graves para el inmueble considerado”.
El Cabildo de Gran Canaria debe realizar un informe y remitirlo al Gobierno de Canarias para que éste abra un expediente y actúe en consecuencia, porque los hechos que rodean a la conservación y actual estado del Museo son gravísimos. Hablamos de la posibilidad de imponer sanciones que podrían oscilar entre 150.000 a 600.000 euros.
Creo que esta ciudad no puede quedarse impasible y ser cómplice de la mala gestión de unos gestores públicos que pasan sin tener la sensibilidad suficiente para defender a ultranza nuestro Patrimonio, precisamente los de izquierdas, que suelen presumir de lo que no son capaces de ejecutar.El tiempo suele colocar a cada uno en su sitio, Doreste no seguirá atropellando a nuestra ciudad e Hidalgo recogerá lo que ha sembrado en estos años de nefasta gestión de la principal ciudad de Canarias.
