La señora madre afirmó varias veces que habia dos contratos del nene con dos equipos diferentes, lo cual, de ser cierto, podria tener consecuencias jurídicas. Tendria guasa que a pesar de ganar tropecientos millones en esta operación de mentiras y amenazas algunos pseudofulleros acabaran, por lo menos, en un modesto banquillo de madera, escuchando a un juez con su carita de no haber matado una mosca en toda su vida. Ahora la señora madre se desdice, algo que parece ser habitual en ella, el muchacho y su entorno, quizá creyendo que será suficiente destruir uno de los contratos y que los representantes del otro club, bobos ellos, no tendrian otros documentos en la recámara.
Esta es la segunda vez que el muchacho ha llamado a la puerta del Madrid, afirmando que desde muy pequeñito era gran admirador de ese club. En 2017 fue el padre y el mismo nene los que pusieron como condición de su fichaje que el Madrid vendiera a jugadores que podrian hacerle sombra, como Asensio,Isco y Benzema. Ahora ponen otras condiciones. Sin que sirva de excusa, es probable que el jugador haya padecido numerosas presiones de políticos y gobernantes franceses para continuar en Francia. Es incluso hasta posible lo de las amenazas de otro tipo, las cuales hay que rechazar firmemente. Pero no debe olvidar que para jugar en ese club que dice admirar hay que ser valiente. Y, como dice Fede Valverde, "ser del Madrid es un privilegio que no todos pueden tener". Quizá Mbapeé nunca gane una Champions. Como tampoco la ganaron otros jugadores que rechazaron o no les dejaron jugar (o seguir jugando) en el R.Madrid, como, entre otros, Pelé, Kubala, Totti y Özil, así como Mendieta y demás "Gayás".
Pareciendo tomar a los demás por lo que ellos son, Mbappé (probablemente asesorado por su entorno) han publicado una cursilera carta, con no sé que sueños y más sueños de niño, con un "seré el primer aficionado en la final de Paris" como guinda empalagosa de su falsedad.
Pues una cosa debe saber Mbappé: nunca jamás jugará en el R.Madrid con su actual presidente y, esperemos, tampoco con todos los demás presidentes que le sucedan.
Que se enteren de una vez los falsos: En el R.Madrid la institución ha estado, está y seguirá estando por encima de las personas.
