VALSEQUILLO
Valsequillo propone declarar Hijo Predilecto a don Agustín Calderín e hijo adoptivo a don Antonio Pérez
El grupo de gobierno del Ayuntamiento de Valsequillo propondrá, en el próximo pleno ordinario municipal, dentro del marco del reglamento de honores y distinciones del municipio, como Hijo Predilecto a D. Agustín Calderín Calderín y como Hijo Adoptivo a D. Antonio Pérez Díaz.
En el apartado de Hijo Predilecto se propone a don Agustín Calderín Calderín, del que hay que resaltar que nació en el año 1937, en el barrio de Luis Verde. Al estallar la Guerra Civil española, estando aún en el vientre materno, su padre fue reclutado y trasladado a La Península durante casi tres años. Durante los años que estuvo en el Frente, su padre, Miguel Calderín Sánchez, buscando un halo de esperanza que le permitiera sobrevivir al horror de la guerra, se encomendó al Rancho de Ánimas de Valsequillo y le hizo una promesa que marcaría su vida para siempre. Prometió que, si volvía a la isla con vida y con salud, se encargaría de mantener vivo el legado del Rancho de Ánimas, y que hoy día sigue presente en el municipio de Valsequillo de Gran Canaria y lo hace al frente como Ranchero Mayor, D. Agustín Calderín Calderín.
Miguel Calderín con constancia y devoción mantuvo su promesa durante más de 50 años. Agustín cuenta que, desde muy temprana edad, se “arrimaba” al Rancho y lloraba cuando su padre no lo llevaba con él a las salidas a pie por el municipio. Después de 52 años como Ranchero Mayor, su padre dió el relevo en un encuentro con los compañeros del Rancho de Ánimas en el barrio de Era de Mota en el año 1989. Los compañeros acordaron por consenso que D. Agustín Calderín, siguiera la labor de su padre al frente del Rancho de Ánimas, tarea que él acogió con ilusión y compromiso. Desde entonces hasta estos días, carga con orgullo la alforja que lo identifica como Ranchero Mayor del Rancho de Ánimas de Valsequillo. la zafra del tomate en Juan Grande.
A lo largo de todos estos años y pruebas que la vida le ha ido planteando, su compromiso con el Rancho de Ánimas de Valsequillo, siempre se mantuvo y se sigue manteniendo firme e inquebrantable. Un legado que con su compromiso y su dedicación, deja como patrimonio cultural al municipio de Valsequillo de Gran Canaria.
Como Hijo Adoptivo, se propone a D. Antonio Pérez Díaz, conocido en Valsequillo como “Antoñito el de las almendras” ó “el de la partidora de almendras de las Vegas”, que nació en Telde el año siguiente a la finalización de la guerra civil en Abril de 1940. Tras su matrimonio se mudó al municipio y se quedó con el negocio de las almendras, que ya venía desarrollando su suegra desde los años 40 del siglo anterior al actual.
La revolución del negocio de las almendras en Valsequillo, fue a partir de 1967, que fue cuando Antoñito compró, a través de un representante de la empresa JUBUS de Tarragona, una máquina de partir almendras, que en ese tiempo fue la más moderna de la Isla, ya que solo existían otras dos en Tejeda y en San Bartolomé de Tirajana. Fue todo un acontecimiento ya que anteriormente a la llegada de esta, los sacos de 50 kilos de almendras se repartían por las casas del barrio y las personas tenían que partirlas a mano, mientras que, la máquina partía la cantidad de 500 kilos de almendras a la hora.
Una partidora, que a día de hoy sigue funcionando, aunque a un ritmo muchísimo menor al que lo hacía en épocas de antaño, fue un negocio que dió de comer a muchas personas del barrio y del pueblo. También se trajeron durante años almendras de la isla de La Palma que compraba Antoñito y que se traían en barco a Gran Canaria, llegando los camiones cargados a Las Vegas y se almacenaban para ir partiendo a medida que se iba vendiendo. Antoñito participó siempre de las Fiesta del Almendro en Flor, tanto montando ventorrillos para explicar la transformación de la almendra, como en alguna carroza en la fiesta del pueblo, con la alegoría “La Partidora”, así como colaborando con la donación de almendras a las comisiones de fiestas para repartir o distribuir en los actos festivos.
Con la entrega de honores y distinciones, Valsequillo quiere reconocer y premiar los servicios que para la localidad han realizado estas personas reconociendo dichos méritos de manera pública.