La más cara es Las Palmas de Gran Canaria y después se sitúan Palma de Mallorca y Barcelona.

Por comunidades autónomas Castilla-León, Murcia, Extremadura, Asturias, Galicia y Andalucía son las más baratas, mientras que Cataluña, País Vasco, Canarias y Baleares son las más caras.

Los precios han subido, pero si se compra en los super más baratos aún es posible ahorrar una media de 971 euros al año.

No obstante, las diferencias entre ciudades son importantes ya que el ahorro máximo posible varía entre los 247 euros y los 3.226.

Los menores ahorros se pueden conseguir en ciudades pequeñas del interior, como Cuenca (247), Ciudad Real (261), Ávila (268), Soria y Puertollano, con entre 250 y 300 euros anuales.

Se puede ahorrar más en las ciudades grandes, donde hay una oferta diversificada, como Madrid (3.226 euros), Alcobendas (2.690 euros), internet (2.068) Barcelona (1.966) y Gerona (1.632).

Clasificación de Supermercados

Según la OCU, con lo gastado en un año en Sánchez Romero podríamos comprar en el establecimiento más barato de la capital (el Alcampo City de Madrid Río) durante veinte meses y medio.

En el estudio, el hipermercado Alcampo de Coia en Vigo vuelve a ser un año más el más barato de los establecimientos visitados por OCU. Y también al igual que en 2019, los dos establecimientos de Sanchez Romero de Madrid son los más caros del estudio.

Las cadenas locales más baratas han sido Dani y Economy Cash, y las regionales han sido Tifer y Cash Fresh. Alcampo y Supeco son las cadenas nacionales con mejor nivel de precios, según el estudio.

Las cadenas locales más caras son Sánchez Romero y Sorli Discau; Plus Fresc y Condis son las más caras a nivel regional y Ulabox y Suma las más caras a nivel nacional.

La portavoz de la OCU ha asegurado que Carrefour es la única de las principales cadenas que han bajado sus precios, sin embargo, Mercadona, Supersol y Eroski Center han subido.

OCU advierte que el impacto del coronavirus se esta notando en los supermercados, con un cambio de hábitos en los consumidores que compran menos veces, pero más cantidad.

Además, adquieren más productos que ahora no consumen fuera del hogar y muchos más a través de internet, pero la principal repercusión, según la portavoz de la OCU, está en la subida de precios, "muy por encima de un IPC que actualmente está en términos negativos, y ve aumentado su impacto por la más que previsible reducción del gasto de las familias, como ya ocurrió en 2008".