Kiko Rivera e Irene Rosales esperan su segundo hijo
Como ellos mismos se encargaron de avisar en sus redes sociales, Kiko Rivera e Irene Rosales se han estrenado este miércoles en la portada de Semana. La pareja posa junto a su hija Ana, anunciando que año y medio después, van a dar un hermanito a la pequeña. "Ya me siento un padre de familia numerosa, y muy contento. Ha sido una sorpresa, no buscado como Ana, pero lo llevamos con la misma felicidad", cuenta Kiko. Por su parte Irene asegura sentirse "muy bien" en sus primeros dos meses de embarazo: "Pero comparándolo con el de Ana, esta vez me noto el vientre más hinchada".
El hijo de Isabel Pantoja habla a la publicación sobre su papel como padre y su intención de educar a sus hijos "como me educaron a mi": "Intento ser el ejemplo para ellos pueden contigo y me ablando. Mis hijos son mi debilidad". Por su parte, Isabel está encantada con la noticia: "Se puso más contenta de primeras que mi suegra, porque vive al lado de nosotros en Sevilla, y es otro más… Mi familia al completo está muy contenta. Un niño siempre trae felicidad a una casa y más después de lo que nos ha pasado. Mi madre ahora está tranquila. Da solo 10 conciertos, pero es que duran cuatro horas y eso cansa", dice Kiko intentando explicar los pocos shows que ofrecerá la tonadillera durante los meses de verano.
También hay momentos de cursilería extrema durante la entrevista. Si tenemos en cuenta que, aparte de la noticia del embarazo, había poco que contar, dedican varios párrafos a alabar sus virtudes como pareja: "Irene lo tiene todo. Es tan bella por fuera como por dentro. Es una esposa fantástica, una persona increíble una madre fabulosa. Para mí es perfecta", dice Kiko. Irene subraya: "Todos los días me dice que me está sentando muy bien el embarazo, que me ve cada día más guapa. Como padre es muy bueno y responsable. Tiene más paciencia que yo. (…) Nos respetamos mucho.".
Por otro lado, el hijo de Isabel Pantoja habla por primera vez del desagradable altercado que tuvo con una fan de su madre en el último concierto que ofreció en Sevilla. Un encontronazo que se desencadenó tras el intento de una mujer de hacer una foto a Kiko, que tenía a su hija Ana en brazos: "Le pedí por favor que no lo hiciera, se lo dije hasta cuatro veces y no me hizo caso. Entonces ya le aparté el móvil con la mano. Ella me insultó, me pegó un manotazo en el hombro, me giré y le dije que qué hacía, que no me tocara… Apareció el marido y los de seguridad me llevaron a otro sitio. Es la reacción de cualquier padre con su hija".
Aprovecha el final de la entrevista para lanzar un dardo envenenado a su prima Anabel y su trabajo en Sálvame: "Yo lo respeto, pero no lo entiendo. Es como si fuera mi hermana, por eso no me gusta verla sufrir. Pero es su trabajo y tiene que apechugar con lo que venga. Yo no lo haría".
