El 21 de mayo de 2019 pasará como uno de los dias más vergonzosos de la historia de España debido a lo sucedido en el Congreso de los diputados en el acto inagural d la XIII Legislatura. Mientras unos aspirantes a golpistas, imputados por no acatar la Constitución y, supuestamente, por saltarse las leyes a su antojo, montaban un numerito al amparo de Batet, la Presidenta del Congreso (se dice pronto), otros, vestidos con camisetas, pantalones y zapatillas propias para ir a la playa, a una excursión o para ir de copas, lanzaban una peroratas muy ocurrentes para prometer su cargo asociado a un modesto sueldo, y eran jaleados con aplausos y risitas por unos personajes que deberian de actuar para el bien del país y de todos los ciudadanos (también se dice pronto).
Lo sucedido, más propio de una república bananera y que no es más que un aperitivo de lo que está por llegar, se debe fundamentalmente a Sánchez, el presidente amenazador que seguirá apoyándose en y dando concesiones (así como puestos claves del Estado) a los separatistas catalanes, a los socios de Bildu y al muy fiable PNV, arropado por el PSOE actual, por los populistas pseudobolcheviques y antisistemas de Podemos y por su futuro gobierno Frakenstein II.
