Prisión para todos, sin excepción, a todos los asesinos canallas de personas indefensas. Para los olvidadizos conviene recordar que los siempre muy fiables del PNV tramitaron desde octubre de 2017 una proposición de ley para degorar la prisión permanente revisable. Anulación votada con el apoyo de, cómo no, el PSOE de Sánchez, la extrema izquierda de los populistas antisistemas pseudobolcheviques de Iglesias y Garzón, así como con el apoyo de Bildu y los separatistas catalanes. Y, ojo al parche, todo ello con Ciudadanos mirando para otro lado, absteniéndose de esa votación, en donde, quizá, la Sra. Arrimadas y otras diputadas de su partido podrian verificar o desmentir haber padecido siquiera alguna vez algún que otro intento de pseudoescrache sexual.
Es evidente que no se puede saber lo que pasa por las mentes de todos esos diputados del Congreso a favor de derogar la ley de prisión permanente revisable para evitar un castigo contundente a los violadores asesinos, dando la impresión, por lo menos para algunos, y en base a la libertad de expresión a la que ellos se acogen, que quizá algunos de esos políticos tienen una cierta pseudocompansión o, quién sabe, una cierta inclinación machista ("las culpables son ellas, que van incitando") o de otro tipo, a pesar de que muchas de esas señorias se rasgan las vestiduras con no sé que feminismos y sus gloriosos "los afiliados y los afiliadas".
Ya que se ha puesto muy de moda eso de preguntar a las bases, animamos a esos partidos muy progresistas y feministas a que pregunten a sus bases (con resultado vinculante) si están a favor o no de la prisión permanente revisable.
El no hacerlo podria alimentar un oscuro tufillo de pseudocomplacencia con canallas que martirizan y violan repetidamente a sus víctimas durante varios dias a modo de esclavas sexuales con un sufrimiento, no solo físico, sino sobre todo psiquico, para luego asesinarlas a golpes con piedras o cortándolas el cuello, y a continuación tirar su cuerpo entre unas malezas como si fueran los restos de un animal.
Ah, y por supuesto, esa pseudocomplicidad o el mirar para otro lado podria extenderse a determinados medios de comunicación, a muchos editorialistas (cuyo nombre esconden en el anonimato) y a numerosos columnistas y tertulianos.
A todos ellos, que probablemente podrán disfrutar en familia estas y muchas otras Navidades (lo que muchos ya nunca jamás podrán hacer), así como a otros tantos cuyo nombre y profesión podria estar en mente de muchos, les deseamos que a sus esposas, hijas o nietas no les ocurra lo mismo que a tantas Dianas y Lauras.
