ÚLTIMA HORA

LA REPÚBLICA BANANERA DE CATALANDIA

Es lo que desea ese 51% de los separatistas, que no la Cataluña que quieren, según encuestas, el 48-50% de los demás catalanes.

Cuanto más se aproxima octubre, muchos, que antes veian comodamente los toros desde la barrera y estaban calladitos o hacian sesudos comentarios con maravillosos brindis al sol en articulos y/o tertulias, comienzan a ponerse cada vez más nerviosos, viendo que quizá serán empujados al ruedo por los fanáticos talibanes separatistas, y que las consecuencias del desastre social, politico y económico que se avecina podrá afectarles, por lo que ahora empiezan a echar la culpa a otros, sobre todo a Rajoy, pues, oh sorpresa, se acaban de percatar que de verdad tendrá lugar el cacareado choque de trenes, simplemente porque el descontrolado tren de los separatistas va por via falsa a punto de descarrilar.

 Al mismo tiempo, esos periodistas, politicos y tertulianos dicen poniendo cara seria y los ojos en blanco que “hay que dialogar”, para rápidamente afirmar enérgicamente, como si esa simpleza perogrullesca fuera la piedra filosofal para resolver la situción (ehando de nuevo otro guiño a los talibanes separatistas para que no se enfaden) que “después del 1-O no puede haber vencedores ni vencidos”

 Pero, ¿tiene la culpa Rajoy de, entre otras cosas, lo siguiente?:

 -          Despilfarro económico de la Comunidad Autónoma de Cataluña por los diversos gobiernos de la Generalidad, desde Pujol hasta Puigdemont, con continuado aumento de la deuda catalana pese a las inyecciones económicas de los diversos Gobiernos de España (¡sobre todo de los de Rajoy!), de forma que los recortes en educación y sanidad son cada vez mayores y las reservas para el pago de las pensiones disminuyen aceleradamente

-          Pese a ello, diversos miembros de la Generalidad y su entorno han continuado con sus viajecitos de propaganda separatista, continuando también las numerosas invitaciones a  periodistas y politicos extranjeros para pasar unos dias en Barcelona y así “conocer la realidad catalana”, siguiéndose abriendo “embajadas catalanas” por todo el mundo, todo a cargo de los contribuyentes. Que sepamos, ni Rajoy ni el PP abrietron esas “embajadas”, ni nombraron un “ministro de asuntos exteriores” catalán.

-          Lavado de cerebro en las escuelas catalanas en las tres últimas décadas, de modo que el principal grupo de separatistas lo componen personas de 24 a uns 35 años

-          La manipulación del “poble”, primero por la arrogante burguesia catalana y luego por provincianos seudoprogresistas, aventureros e intransigentes, algunos con ahorrillos del 3%.

 ¿Es culpable también Rajoy del bochornoso espectáculo dado hace unos dias por los separatistas en el parlamento catalan, muy propio de repúblicas bananeras, así como de las numerosas provocaciones de Tardá, el Groucho del separatismo, con sus cartelitos, acompañado del hombrecillo de la impresora con sesos sucios y de la anciana recogedora de banderas en el parlamento catalán?

 Unos, los separatistas, al ver cercano el precipicio, pretenden buscar un chivo expiatorio, justificante de su fanatismo, y otros, fundamentalmente Sánchez e Iglesias, pretenden sacar tajada echando la culpa a Rajoy y al PP  para poder alcanzar su ansiado poder en las siguientes elecciones que ellos quieren acelerar como puedan. Y es que el PSOE actual (junto al PSC) no es fiable en cuestiones de Estado, lo cual demuestra el mísero talante de algunos. Y lo de Podemos es una puñalada populista cobarde por la espalda, amparada en libertades de expresión como en Venezuela.

 El que escribe esto no es militante del PP y por supuesto que Rajoy ha tenido fallos desde que se celebró aquella consulta, también de república bananera, del 9N de 2014, en donde muchos votaron cuantas veces les vino en gana. Pero si hay que echar culpas a Gobiernos y sus Presidentes, no se salvan ni uno, desde González hasta la actualidad. Felipe González fue el primero que empezó a consentir cosas a Pujol, mirando para otro lado y concediendo lo absurdo de tener que decir de forma oficial en castellano “Lleida” y “Girona” (pues no decimos cuando hablamos o escribimos, p.e., “London” o “München”), y otras cosas más que permitieron alimentar y dar alas al separatismo. Aznar siguió sin marcar terrenos que no se debian sobrepasar para conservar la soberania nacional, pretendiendo contentar a los separatistas con su simpleza de “yo hablo catalán en privado”, para hilaridad del personal. Pero el peor fue, y es, Zapatero; si, ya saben, el que facilitó la ruina de muchos negando el 2008 la existencia de crisis económica alguna y así retrasando las medidas para combatirla. Fue y sigue siendo impropio de paises democráticos que en cuestiones de Estado y de la defensa nacional el Presidente del Gobierno no pretenda resolver importantes problemas sin consultar al primer partido en la oposición y obtener su apoyo. Zapatero ignoró, y hasta casi ninguneó, entonces al PP, facilitando el Estatut catalán, oscuro y difuso como sus autores, dando alas al separatismo, y cuyo resultado es la situación en donde nos encontramos, pues ya el entonces presidente de la Generalidad, Maragall, manifestó que gracias a ese nuevo Estatut el “Estado español” tenia a partir de ese momento un “carcáter meramente residual”.

 Además, durante mucho tiempo los partidos que se denominan de izquierdas o socialistas (y no digamos los antisistemas anarquistas), con el apoyo y complicidad de sus respectivos medios de comunicación afines, así como de seudo-intelectuales y otros personajes de la farándula, en especial del cine, han estimulado la creencia que la palabra “España” es sinónimo o, por lo menos, vaya asociada siempre al fascismo y a la derecha más reaccionaria, de forma que todo aquel que se sienta español es calificado inmediatamente de facha. Como consecuencia de ello, todos los que pretenden defender la integridad de España frente a separtismos son rápidamente señalados (vade retro) como capitalistas de derechas.

 Todo esto ha facilitado en los últimos años la labor y estimulado a los de las cofradias de “España nos roba” y el “Estado nos oprime” para manipular a los ciudadanos y conducirles al precipicio, eso sí,  según ellos, en democracia, con gran  educación y pacifismo ghandiano butifarrero, habiendo dado con anterioridad bastantes muestras de ello, por ejemplo, con insultos y amenazas a una niña en una Diada por llevar puesta la camiseta de la Selección nacional de fútbol; si, la misma camiseta que se pusieron y ponen algunos, como Guardiola y el chico de los problemas.

 Desde hace unos dias los separatistas dan muestras de estar perdiendo cada vez más los nervios, quemando banderas de España, Francia y la UE, atacando a policias municipals, amenazando a ayuntamientos y concejales, echándose a la calle vociferando perlas cultivadas. Todo ello, por supuesto, no es enviado al extranjero con cartitas por el muy presentable Romeva.

 Las cartas y la propaganda de la Generalidad rezuman odio visceral a todo lo relacionado con España (y, por tanto, odio al resto de los españoles), repitiendo hasta la saciedad mentarias, para así podérselas creer ellos mismos. Mientras tanto los Tardás, Domenechs, Rufianes y demás talibanes separtistas hablán de no se qué  manos sucias y recortes de libertades, sin, por supuesto, mirarse el espejo y ver la suciedad que ellos irradian contra el resto de los españoles.

 Además, no se sabe si los panfletos de Romeva y la Generalidad se publican en periódicos extranjeros pagando, es decir, a costa del bolsillo de  los contribuyentes, al igual que los viajecitos de algunos.  Puigdemont, Junqueras, Turull, Romeva, Forcadell, Tardá, los de la CUP y demás Rufianes deberian decir cómo pagarán los 180.000 millones de la deuda catalana, o si pretenden que la paguemos el resto de los españoles.

 Al tren de los prepotentes burgueses catalanes, ansiosos de amasar poder y riqueza, se fueron subiendo a lo largo del tiempo los politicos mediocres del 3, apoyados por unos empresarios sin escrúpulos, para finalmente llenarlo con catetos populistas, charlatanes incultos y fanáticos intransigentes.

Repitiéndose ellos mismos miles de veces las mentiras que propagan, para así acabar creyéndoselas, ese tren separatista sin frenos va camino de estrellarse, para que otros paguen los gastos del desastre.

 Puigdemont, al que el agua de Gerona empieza a llegarle al cuello con peligro de alterar su peinado a modo de peluca, ha mostrado los mismos delirios de grandeza y torpeza que su predecesor, ese hijo de papá que pasaba los veranos en caros internados europeos, quizá gracias a los ahorrillos de su progenitor en Suiza, y que por muchas pitonisas que tenga a su altrededor acabará igual. Todos los separatistas de la antigua CiU, CDC, de Esquerra y demás partidos dentro de “Juntos por el sí” se dan ahora cuenta que la cosa se les ha ido de las manos y que son los talibanes intransigentes los que pretenden tomar el mando, ayudados por anarquistas.  

 Paralelamente, al parecer, algunos Mossos no van a obedecer al Tribunal Constitucional y al Gobierno de España, y, mientras Junqueras, a modo de un seudo-fraile inquisitorio mi apropiado a su anatomía, quizá anime a salir a la calle a los separatistas, están llegando estos dias antisistemas a Barcelona y otras ciudades catalanas para meter ruido, romper cristales y quemar coches (¡lo que quizá daria por verlo el del tic-tac amenazador, hombrecito con chapa incipiente aspirante a machista y experto en Venezuela!), lo cual sólo será el comienzo de la gran ofensiva de los talibanes separatistas que, apoyados por medios de comunicación de siempre, atisban en un horizonte no muy lejano la formación de la gran República bananera de Catalandia.

 

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