Hace un par de días vimos a la ministra de Igual da, Irene Montero haciendo una serie de declaraciones públicas que podían considerarse formalmente una apología y una reivindicación del ejercicio de la pederastia y en las cuales abogaba que, con consentimiento, cualquier niño o niña podían mantener relaciones con cualquier otra persona.
Cualquiera puede imaginar, aunque solo sea por unos segundos, como sería un acto sexual con un o una menor, las aberrantes imágenes que vienen a nuestra mente nos hacen preguntarnos varias cosas, en primer lugar como es posible que una persona, que además es madre, puede plantear formalmente que los niños puedan y deban ser objetos de deseo sexual.
En este caso concreto nos vienen tres preguntas rápidamente a la mente. ¿Esta mujer está bien mentalmente? ¿Están los hijos de esta mujer en buenas manos? ¿Qué clase de vida y con qué clase de personas se relaciona esta persona como para que se le ocurran estas y otras aberraciones como las que nos tiene acostumbrado?. En fin supongo que cualquier día veremos como la encierran en un siquiátrico.
Pero si nos paramos un poco a pensar y miramos alrededor nuestro nos damos cuenta que desde hace unos años el panorama sexual que a día de hoy encara cualquier persona es muy diferente al que encaramos en nuestra juventud y que se ha producido un desfase en 10 o 15 años de un tamaño sideral entre lo que teníamos y lo que tenemos y desgraciadamente lo que teníamos era mejor que lo que tenemos, porque si bien es cierto que hoy el sexo se puede tener en mayor cantidad, también es verdad que antes era de mejor calidad, hoy es gimnasia antes era afectividad y amor.
¿Y de donde viene todo este cambio? Pues de donde menos se podría esperar, las universidades americanas que son las que propagan las ideas sexuales del socialismo francés de Mayo del 68 y cuyos principales representantes en esta faceta son Michel Foucault y Simone de Beauvoir.
Del primero nos viene toda la filosofía del transgenderismo, la homosexualidad y la pederastia de la segunda toda la filosofía del feminismo hembrista y ambos tienen el mismo objetivo, derribar la construcción antropocéntrica de la sexualidad tanto masculina como femenina y sustituirla por un constructo ideologizado que acerque al hombre normal a la concepción marxista del hombre nuevo.
Para comprender esta concepción marxista del hombre nuevo hay que entender primero el punto de partida de Marx y adonde quiere llegar. Para entender este punto de partida tenemos que empezar que para Marx el hombre es un ser alienado, en principio porque no participa de las plusvalías del trabajo que realiza y que lo que sitúa al hombre en esta posición son una serie de doctrinas de las que hay que liberar al hombre, estas doctrinas son la Religión, el Derecho, la Filosofía, la Economía y prácticamente cualquier otro modelo de conocimiento creado por el hombre, y propone, Marx, hacer tabla rasa, eliminando todas estas doctrinas de la mente del hombre y dejarlo expuesto a la Naturaleza para que de esta forma cada ser humano pueda diseñar sus propias doctrinas, eso sí dentro del marco del pensamiento utópico del comunismo, o sea en armonía con los demás armonizando intereses y deseos y compartiendo el trabajo y sus frutos.
¿Qué podemos decir de Foucault y Beauvoir? De Foucault podemos decir que era una persona sexualmente aberrante, homosexual, sádico, masoquista y pedófilo. Tenía en su casa una mazmorra con multitud de artilugios sexuales de tortura y cuando la policía entró en su casa tras su muerte constató que todos los aparatos habían sido usados y en la gran mayoría de ellos había huellas de sangre. Como filósofo era una nulidad, aunque se presento al Doctorado su candidatura fue rechazada porque era incapaz de exponer la bibliografía de la que se había servido para formar su tesis doctoral. Como anécdota, y para explicar la calidad de sus razonamientos se cuenta que inventó el transgenderismo un día, allá por los años de la Primera Guerra Mundial, en que coincidió en una estación de tren con un tren cargado de heridos del frente de guerra que volvían del hospital a su ciudad y que los amputados ya lucían sus prótesis en los miembros amputados, por analogía dedujo que si a un hombre se le podía implantar un brazo de madera también se le podía implantar un pene de madera o lo que fuera a una mujer para que se convirtiera en hombre y que a un hombre bastaba amputarle el pene y hacerle un agujerito para que se convirtiera en mujer, lejos estaban los días donde el ADN es materia común de trabajo y la siquiatría aún no había ni tan siquiera empezado a estudiar las diferencias fundamentales en el racionamiento de hombres y mujeres. Así que cuando oigan a algún chalad@ diciendo que el sexo es solo una construcción social ya saben donde y como se originó semejante chorrada.
Y que podemos decir sobre de Beauvoir, en principio era una bisexual predominantemente lesbiana que odiaba y despreciaba a los hombres y depredaba a las mujeres. Estaba casada con Jean – Paul Sartre el filósofo comunista que formó el Mayo Frances del 68 y se entretenía compartiendo con el a las mujeres que cazaba. En pocas palabras, otro ser de conducta sexual aberrante, son de ellas las filosofías que propugnan el asesinato de los hombres y las teorías hembristas supremacistas, que a día de hoy forman parte del núcleo del feminismo moderno.
Como pueden ver las ideas socialistas fluyen alrededor de todos nosotros intentando obligarnos a aceptar la aberración como normalidad y la animalización como naturalidad.
En fin, mañana seguiremos dándole leña al mono.
