VALLESECO
Primera mujer taxista de Valleseco
Coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Mujeres Rurales, conmemorado el pasado 15 de octubre, queremos reconocer el papel relevante que desempeñan las mujeres en el medio rural, vinculado no sólo al sector primario, sino a cualquier tipo de profesión que las mujeres rurales desarrollan hoy en día.
Lidia es la primera mujer taxista de Valleseco, comenzando hace casi veinte años a desarrollar su profesión en este municipio. Actualmente de las cinco licencias que hay en la parada de Valleseco, ella es la más antigua. “Llevo toda una vida en Valleseco, soy la que más tiempo lleva en la parada”
En el caso de Lidia, las expectativas familiares sobre su trayectoria vital coincidieron con las suyas, recibiendo apoyo de su padre y su madre para ser independiente y autónoma dedicándose a una profesión tradicionalmente marcada por estereotipos de género. Pues aunque hoy pueda parecer propio de un tiempo lejano, hasta el año 1981 las mujeres debían pedir permiso a sus maridos para trabajar, abrir una cuenta bancaria o sacarse el carné de conducir.
“De niña soñaba con ser azafata de vuelo y hoy en día les tengo pánico a los aviones. Mi padre empezó con las guaguas y ya yo me fui involucrando, primero él tuvo un taxi en Arucas, yo era una niña y me gustaba todo eso, desde que mi padre me dijo que me compró el taxi, enseguida me saqué el carné de conducir, tenía 21 años y después a los pocos años saqué el de taxi, un 20 de junio, recuerdo...”.
Profesión heredada de su padre, pero por decisión propia, “Mi padre, Pepe, siempre ha estado vinculado a Valleseco y su gente, aquí comenzó con la guagua para el transporte escolar, posteriormente decidió contratar un chófer para la guagua y él comprar la licencia y el coche y dedicarse a ser taxista. Se dedicó poco tiempo a ello, después de un par de años él volvió a las guaguas y me invitó a tomar su relevo. ¡Prácticamente mi padre compró el taxi para mí!”
Lidia inició su andadura por las calles de Valleseco al volante de un mercedes, como anécdota de sus comienzos como taxista en Valleseco recuerda perderse para encontrar los distintos barrios, “Gracias a Javier y a Lili, que los llamaba y me decían donde estás y les decía yo no sé donde estoy, estoy en un sitio donde hay un árbol y un contenedor y me decían tú sigue, que tendrás que ver un disco… nos reíamos muchísimo”
Después de ocho años, decidida a progresar en su profesión compró una nueva licencia y un taxi de 9 plazas, con el que lleva 9 años trabajando. Su taxi está adaptado para personas con diversidad funcional. Dentro de toda la amplia gama de servicios que estas características específicas de su vehículo puede ofrecer a la población, nos cuenta que por ejemplo, demandan su servicio grupos de personas para hacer excursiones o despedidas de soltera.
La lejanía de los recursos y las dificultades añadidas para la accesibilidad a éstos, así como los barrios disgregados son algunos inconvenientes de los municipios rurales, determinando para muchas personas la imposibilidad de disfrutar de muchas oportunidades. Su trabajo favorece en este sentido la mejora de la calidad de vida de las personas y en especial de las mujeres del municipio. “Muchas mujeres me llaman para que las lleve al médico, si van solas yo las acompaño, ellas me dicen, entra mi niña conmigo para que tú le expliques después a mi hija y las hijas me llaman y les cuento”.
Por tanto, se puede decir que Lidia realiza mucho más que una labor de acercamiento a los recursos necesarios, su implicación y dedicación la lleva a escuchar, empatizar y compartir vivencias con las personas que traslada en su taxi en el municipio de Valleseco. “El coche es un confesionario, se suben y te empiezan a contar y contar, a veces tengo que hacer de Psicóloga”
“Me gusta mucho hablar con las personas mayores, porque aprendes mucho de ellos y ellas” “En el viaje conmigo, la conversación está asegurada”. “Las personas usuarias del taxi de Valleseco siempre me han tratado muy bien”.
Rompiendo estereotipos y a pesar de las dificultades Lidia adora su profesión, “A las mujeres nos toca realizar el doble de esfuerzo para obtener ciertos logros, pero merece la pena”. Disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, llamándola al teléfono 625 33 97 10, “cuando me llamen, yo vengo”. Lidia nos revela el secreto para llevar la conciliación familiar, personal y laboral muy bien, a pesar de solo permitirse como vacaciones los jueves de los meses de verano, “organizarse y gustarte y disfrutar el trabajo que realizas”
Con su presencia en un trabajo tradicionalmente vinculado a los hombres y al mundo urbano, Lidia aporta su grano de arena para la visibilización del importante papel que las mujeres desempeñan en cualquier trabajo que se propongan tanto en el medio rural como urbano.
“Me siento una mujer rural, soy campechana, Me gusta muchísimo mi profesión, conoces mucha gente, te enseñan, me cuentan… de la guerra incluso.. Me siento una mujer afortunada”.
“Mi futuro... me veo trabajando con mi taxi aquí en Valleseco”