ÚLTIMA HORA

NUEVA TRAICIÓN A LA HISTORIA DE ESPAÑA

José Fco. Fernández Belda

Viviendo en San Borondón

Es de sobra conocido que algunos partidos políticos se han unido para mantener viva la Leyenda Negra sobre España. Básicamente toda la llamada izquierda -unas más siniestras que otras- pero también los autodenominados centristas, que no pretenden ni desean molestar a las terminales mediáticas que abusan de su poder en televisiones y radios, emitiendo con licencias otorgadas por las tribus políticas gobernantes en cada territorio en más que dudosos concursos públicos. En este liberticidio, son igual Juana que su hermana y el que paga, con nuestro dinero, manda.

Ya va habiendo un número apreciable de historiadores, en cantidad y calidad, que se están rebelando contra tanto mito y falsedad relacionado con la historia de España. Uno de estos paladines es el hispanista Stanley G. Payne, cuya obra aparecida en el año 2017 y galardonada con el Premio Espasa ,“En defensa de España. Desmontando mitos y leyendas negras” es de obligada lectura. Por cierto, el autor habla de leyendas en plural, porque hay otras además de la negra de marras, como las que hacen referencia a la Segunda República y la Guerra Civil, estas últimas tan del gusto de los seguidores de la nefasta Ley de Memoria Histórica de Zapatero, aunque mantenida por Rajoy y potenciada por el Dr. Sánchez.

Otra obra de referencia es “Imperofobia y Leyenda Negra; Roma, Rusia, EEUU y el Imperio Español”, escrita por María Elvira Roca Barea y que ya en 2017 alcanzaba su 14ª edición. Es una investigadora que ha trabajado para el CSIC y enseñando en la prestigiosa Universidad de Harvard. Sus trabajos están siempre muy documentados, al contrario de tanto gurú que sin conocimientos de la materia, aunque con sustanciosas subvenciones públicas, recrea e inventa la historia para complacer a la progresía de salón, copa y canapé. Un ejemplo cómico del histrionismo, presuntamente historicista, se puede ver en en independentismo catalán, haciendo nacer a Teresa de Ávila, Cervantes, Leonardo da Vinci o Teresa de Calcuta en el Reino de Cataluña.

Pero la última traición a la dignidad y al mérito histórico de España de la que tenga noticia, pues cada día ellos tienen su afán, la ha perpetrado el titular del Ministerio de Cultura del gobierno del Dr. Sánchez, José Guirao, declarando que el Gobierno no incluye a Hernán Cortés en su Plan de Acción Cultural porque “es un tema complicado”. Y es que en 2019 se cumplen 500 años de la llegada del conquistador español a México. Y a la progresía indigenista mexicana, como a la española, no le gusta recordar que el terror azteca no estaba entonces muy bien visto por sus víctimas. Por eso apoyaron a Hernán Cortés para conquistar lo que entonces era un gran imperio. Para los quieran aproximarse a esta gesta española de forma amable, es muy recomendable la atenta lectura de la novela histórica “El dios de la lluvia llora sobre Mexico”, de Lászlo Passuth un novelista nacido en Budapest, también como Stanley Payne admirador de las grandes gestas que protagonizó España en sus Siglos de Oro.

El Instituto Cervantes en México, además de celebrar encuentros culturales con vino español, (y supongo que con algún entullo, eso que la Academia Canaria de la Lengua define como la vianda de menos calidad que se toma en mayor proporción y que es acompañada generalmente por el conduto), bien podría dedicar sus esfuerzos a desterrar dos de los calificativos despectivos que nos dedican a los españoles muchos mexicanos. Uno de ellos es el “gachupín”, palabra arraigada con especial fuerza en México y Centroamérica con la acepción de “español advenedizo y prepotente”.

El otro insulto es el de “malinchero”. Doña Marina, conocida por su nombre indígena de Malinche, fue la compañera sentimental de Hernán Cortés y su lengua, como en aquellos tiempos se denominaban los intérpretes. Los indigenistas que apoyan el mito azteca la consideran una traidora, aunque los que descienden de los pueblos sometidos, a los que se les arrancaba en corazón para ofrecérselo a sus dioses, era su salvadora y a la que le debían su vida. Por eso, a los que no comulgan con las grandes piedras solares aztecas, en aquellas tierras se les denomina malincheros.

En resumen, lo único que permanece bajo la luz del Sol, es la evitable desinformación de la historia de España para intentar construir una mítica, relato se dice ahora, que nunca existió pero que facilita el ascenso de tanto populista que explota la ignorancia y las falsas creencias populares en su beneficio propio, político y económico, que en esas manipulaciones suelen ir de la mano.

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