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LOS PAPÁ-MÁNAGER

Salta a la vista su elevado IQ y que, por supuesto, solo quieren lo mejor para sus retoños. Como el de Özil, que estando hace unos pocos años solo poco por debajo de Messi y Ronaldo, teniendo posibilidades de superarlos si seguia progresando como futbolista, al Papá-Manager se le ocurrió pedir el "oro y el moro", por lo que el hijito acabó en el Arsenal. Ahora Özil gana de vez en cuando algún título menor británico (nunca ganará la Champions) y, lo que es peor para él, ya nunca llegará a ser un candidato para ser considerado el mejor jugador del mundo. Mientras tanto, Özil mandó hace tiempo a su Papá a tomar gárgaras, con juicio incluido. Tras lo del Papá-Neymar, que reclama unos modestos honorarios por mejorar el sueldo y la calidad de vida del "junior",  llega el Papá Mbappé. Éste es todavia más modesto, pues además de pedir un traspaso que llegaria, entre pitos y flautas, a más de 200 millones, con unos 20 millones de euros por temporada para su hiito, solo exige que el R.Madrid se desprenda de Bale para que el retoño tenga más posibilidades de jugar.  Es evidente que se ha quedado corto. Deberia pedir que Ronaldo y Benzemá no jueguen más de 20 partidos por temporada, que Asensio y algún otro se vayan al Castilla y una prima especial por cada gol que marque su hijito, llevándose el Papá-Manager, por supuesto, un 50%. Con independencia de todo ello, puede que tanto como Neymar y Mbappé acaben futbolísticamente como Özil. El tiempo, como casi siempre, pondrá a cada uno en su lugar.

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