ÚLTIMA HORA

LA SEÑORA BISEXUAL Y ROGERIO

Lo de bisexual es según ella misma, que desveló con algunos pelos y señales su relación con una, al parecer, lesbiana italiana, aireando sus maravillosas vivencias sexuales como si fuera algo muy progre e interesante, quizá creyendo que así podria desviar la atención de su mala gestión y obtener más adeptos para sus ocurrencias. Sí, muy interesante, como quizá la cara que puso el supuesto padre de sus hijos cuando ella hablaba de todo eso.

 Lo de "señora" es por deferencia y respeto al cargo que ocupa, que no por otros merecimientos. Puesto, que dicho sea de paso para recordárselo a los olvidadizos, lo obtuvo gracias al apoyo de ERC, PSC y la CUP.

Deferencia y respeto que la señora bisexual repetidamente no ha tenido con muchas personas, como con el Jefe del Estado.

 Pero claro, siempre habrá un „pequenique“ de Rosario y algún que otro aspirante a machista que apoyen y rian su falta de educación, como el personaje de la chepita incipiente, que con su metro y pico tuvo que oir con la cara desencajada lo que le espetó Ana Oramas, diputada canaria, en el Congreso („Ya sé que a usted no le gustan las mujeres no sumisas“) y todavia se sigue preguntando cómo es posible que a él, el del „tic-tac„ amenzador y tertuliano de oro, una mujer pueda atreverse a decirle tal cosa.

Y es que tanto Colau como Iglesias han dado muchas muestras de su sintonia a muchos niveles, demostrando en ascensores lo expertos que son en ortografia.

 Por lo demás, es triste, alarmante y vergonzoso, por solo poner algunos adjetivos, que Barcelona, una de las ciudades más importantes de Europa, tenga como alcaldesa una persona tan inculta y zafia.

 En lo de los exquisitos modales y su profunda cultura, a Colau la ha salido un galán: Rogerio, el cacique de Sarriá de Ter. Como alcalde de ese pueblo, por supuesto, muchísimo más importante que Cornellá, Torrent dió muestras de su gran libertad de expresión, pero, claro, solo para él y otros separatas, poniendo una edificadora y muy democrática multa de, al parecer, 900 euros a un jóven que se atrevió, insensato y malagradecido él, de pedir que el alcalde cumpliera con su obligación: que la bandera de España ondeara, junto a otras, en el Ayuntamiento de Sarriá de Ter. Como el cacique no estaba por la labor, el muchacho decidió poner él mismo esa bandera, lo cual, evidentemente, le delató como un perverso fascista.

 En el currículo de Roger queda reflejado su simpatia y apoyo a algunos ex-miembros de ETA, lo cual no será olvidado por los familiares de los asesinados. Ahora va ampliando su currículo con la defensa de delinquentes, afirmando cosas de presos políticos ante el entusiasmo de algunos jueces. Torrent olvida que varios (y los bastantes que quedan por llegar) están acusados, entre otras cosas, de malversación, es decir, de utilizar el dinero de los contribuyentes catalanes para, al menos, financiar a determinadas personas o asociaciones.

 Aunque no se ha dado cuenta, le nombraron para el cargo que ostenta como hombre de paja y para ser el pelele de algunos, pues, ¿por qué el bloque separatista, en especial esquerra, no eligió como presidente del Parlamento catalán a alguién mejor preparado y con mayor popularidad dentro del separatismo que este ex-alcalde de pueblo, por ejemplo, al algún que otro Tardá o Gracian o hasta la histérica Rovira?

 El personaje es igual que sus predecesoras en el cargo, la siempre encantadora Nuria y la valiente Mari Carmen, que irradia alegria allá por donde va.

 Pero hay una diferencia: Rogerio, encima, se lo cree, se lo tiene creido y va por la vida con nombre, pinta y actuaciones de personaje de telenovela.

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