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LA COBARDÍA DEL CHICO DE LOS PROBLEMAS

El chico de las bombas fétidas ha pronunciado, de nuevo, una serie de perlas cultivadas, en este caso sobre un palco de un estadio de fútbol, los jueces y las investigaciones fiscales y sobre algunos otros problemillas de Messi y Neymar. Como está más que comprobado, y ya han contestado algunos, este personaje, que se enchula con agentes municipales por atreverse a ponerle (a él!) una multa por aparcar mal su coche y que con los ojos vidriosos por un copilla de más se enfrenta a los que se atreven a pasar a su lado a la salida de discotecas, demustra que su proceder, como casi siempre, es el de alguien que ha oido campanas, pero no sabe de dónde. Y una de las cosas más llamativas es que sus abruptos los haya hecho no antes de los dos últimos partidos de la Selección, sino después de ellos, lo cual es, simplemente, una cobardia, pues este chico, quizá experto en aventuras de mercenarios, sabe que en la Selección más de uno se lo hubiera echado en cara y muchas personas le hubieran, por lo menos, silbado en el partido de Gijón y en los entrenamientos de la Selección durante su concentración en Madrid.

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