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GREGUERÍAS I DE JUAN DE PORTOPLANO

 “Greguerías I de Juan de Portoplano”.

El de Portoplano, pensó aquella mañana, mi función es intentar encerrar el pensamiento en pocas palabras y en pequeñas frases. Utilizar todos los géneros y subgéneros, incluso combinarlos, incluso modificarlos. Por tanto, diríamos que esta serie de pensamientos, que denominaremos greguerías no serán todos explícitamente ello. Pero quizás, nos servimos un nombre para ampliarlo, que es en definitiva, la mayor greguería. Da esta explicación, para toda la serie de palabras que se supone, si se tiene salud se irán coleccionando bajo este epígrafe.

- Un vaso es un microbanco redondo.

- Un pájaro es un microavión de carne y nervios.

- Una taza es un orinal con asa.

- Un tresillo es una cama doblada por la mitad con anteojeras.

- Una bombilla es un globo con amor con fiebre.

- Unas gafas son dos cristales que dirigen a un bípedo implume.

- Un libro es un camino de miles de palabras.

- Una lámpara es un objeto colgado cumpliendo una sentencia por un delito.

- Solo hay una vida, no te la compliques tanto, no se las compliques tanto a otros.

- Miras la historia y sientes que hay mucha comedia y mucha tragedia. Pero no sabes en qué proporción una y otra.

- ¿Siempre vienen las crisis económicas, pero siempre pierden más proporción en ellas de un estrato social, y siempre ganan en mayor proporción otros estratos sociales, por qué es eso?

- No entiendo nada del mundo, porque nunca he querido entender los mecanismos del poder. Sea el gran poder o el mediano poder o el pequeño poder o poderes.

- Aquella persona, mirando el espejo, le vino a la cabeza. “cuándo eras joven, y tenías parcela-huerta-segunda residencia, invitaste a multitud de conocidos y amigos, pero pasaron los años, después a ti, qué pocos, por no decir ninguno, te invitó a sus casas de campo”.

- Llega un momento, sin rencor, ni odio, ni maledicencia, pero un sujeto que se ha pasado toda la vida tendiendo la mano a otros, se cansa de tanto cómo se la han cortado, ya, ya a veces, no se la encuentra.

- Hasta el santo, agradece a Dios, que en algunos asuntos, su posición gane, y no siempre pierda. De ahí, que Dios se compadece hasta hace milagros sirviéndose de ese ser de carne y hueso.

- Las personas hacen lo que saben hacer. Una vez y otra. La cuestión es que sea bueno lo que hacen para ellos y para la sociedad…

- Hoy, pocos hablan del bien común y del bien general, aunque el bien común y el bien general, se le sirve también, con el beneficio del individuo para el individuo. El que fabrica zapatos, busca su beneficio y al mismo tiempo, beneficia a la sociedad. El bien común, bien entendido no va en contra del bien particular.

- ¿Qué soñamos, nos detenemos en pensar un poco en nuestros sueños…?

- ¿Para qué una novela más…? ¿Para qué un cuadro más…?

- Solo soy un buceador de las profundidades de la mente y del alma humana, individual y colectiva.

- Si en un microrrelato puedo meter una novela, prefiero lo primero a lo segundo. Al final, una novela es una serie indefinida de microrelatos.

- Nos contamos a nosotros mismos nuestra propia biografía, por eso, incluso nuestra vida, tiene hechos verdaderos y hechos soñados o imaginarios. Es decir, tiene más de novela que de historia científica.

- Creo que medio entiendo a Kafka, Proust, Joyce, Dickinson, Pessoa y otros, pero no sé si ellos me entenderían a mí.

- Alguien que perdiese tres o cuatro o cinco o diez miembros de su familia en los campos de exterminio, y solo hubiese quedado él o ella, cómo ha podido entender su vida después, décadas y décadas. No es acaso esto un enorme sufrimiento para esas personas. Un no entender lo no entendible.

- Mientras el mundo, acumule y guarde y conserve la sabiduría alcanzada en cientos de miles de libros, el ser humano vivirá y existirá en un estado cultural primitivo. Igual que la ciencia, que en unos cientos de manuales te muestra lo más principal de cada saber. En las humanidades y filosofía hay que conseguir lo mismo. Mientras no se realice dicha función y finalidad, el ser humano vivirá siempre pendiente de la espada de Damocles.

El de Portoplano, pensaba, “demasiadas veces, en el mundo, la persona de buena voluntad queda como mala, la persona de mala voluntad como buena”. ¡Quizás, se decía, quizás, por una frase así, por otro lado, idea que todo el mundo sabe y conoce, quizás, quizás por eso haya validado la pena dedicarse toda el existir al pensar-repensar-meditar-remeditar-observar-reobservar…!

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