ÚLTIMA HORA

ESCRIBIR EN COLPISA


 

Los sueños de los hombres son inmensos en cantidad y calidad. Otros dicen que no, que todos tenemos los mismos sueños. Pero uno mío, como escritor y articulista es publicar de forma rutinaria en Colpisa

Ya me he pasado en la cantidad de palabras/caracteres que hay que hay que insertar en la entradilla. Ese deseo, otros tendrán otros, de publicar artículos de opinión en un medio nacional, en un conjunto de periódicos regionales, en alguna agencia. Por ejemplo, Colpisa. No me quejaría si me contratase otra, no tengo ninguna fila esperando contratos, podría aceptar otro de otra agencia. Pero pienso que ese deseo de Colpisa, quizás, nos venga, no solo de los articulistas que han ido conservando y almacenando y criando a lo largo del tiempo, sino quizás, porque el maestro  Umbral, perteneció a esa nómina. 

La realidad seamos sinceras, no engañemos a nadie, ni a nosotros mismos. Salvo alguna excepción, siempre que me diesen libertad de redacción y expresión, publicaría en cualquier medio nacional, columnas periodísticas de opinión –fuesen de quinientas o mil palabras, como los gerentes quisiesen-. Siempre que me otorgasen la libertad de rozar la actualidad con ojos literarios y filosóficos. Y, que en ese menú de palabras e ideas y conceptos, se pudiesen insertar, no temas solo de presente actualidad/novedad, sino también de esos de actualidad eterna. Este artículo, parece que no es de actualidad. Pero habla de algo muy presente. De miles de articulistas, que materializan sus palabras en medios digitales o de papel de provincias, y, aspiran, aunque no son tan sinceros como este escribidor, aspiran a publicar en EL País, El Confidencial, El Mundo, ABC, La Razón, y, o, en cualquier conjunto de medios regionales, o en alguna agencia. 

Todo empresario, hace plantar y crecer su empresa, y desea, ser un Amancio Ortega o J. P. Morgan, esta es la realidad o el deseo del ser profundo, de casi todos. En este trabajo o vocación o profesión, literaria y artística y de realidades presentes. Pues todos/as aspiran/aspiramos que un gran medio, nos presente un contrato, y de forma rutinaria y diaria y mañanera percibir/ver las letras en un medio, que puedan leerla unas miles o docenas de miles de personas. 

Porque al final, un artículo de opinión es como un poema de treinta/cincuenta líneas, es un género estético y literario y artístico y, en mi caso, también filosófico/metafísico. No narro solo realidades externas, sino internas, a nivel del corazón interior/exterior de lo humano, individual y colectivo. Cambien ustedes el deseo de ser articulista por el deseo de ser, en otra vocación y oficio o profesión. O, incluso del deseo que alguien te quiera y se fije en ti, te ame y te desee, y, de lanzar un proyecto de vida juntos –si es que encuentras a alguien que quiera comprometerse, al menos, dos decenas de años, y, ya un sueño de lotería, alguien que quiera, que sus huesos se duerman a tu lado hasta el final, empezando el tránsito de Otra Vida…-. 

Dicen que en las columnas hay que narrar algo de la mismidad del escribiente. Debo indicar, que personalmente soy muy pudoroso, soy muy cuidadoso con la vida de los demás. Es más, muchas veces, la defensa no es un ataque. Alguien que se ha pasado observándose y observando a los humanos, por tanto, percibe ya con claridad sus fisuras y sus laureles, sus realidades positivas y negativas. Y, por lo general, si ustedes leen/releen los artículos que redacto, rara y excepcionalmente, critico a nadie, con nombre y apellidos, incluso las entidades generales y abstractas, tampoco lo hago –a lo sumo cito cosas positivas y medio positivas-. Bueno, si soy pudoroso conmigo mismo, lo soy con los demás, si soy con los demás, lo soy conmigo mismo. Pero tengo que según la estética de este medio o artilugio de expresión, contar/narrar/describir algo de mi… 

Pues de mí, debo indicar, que he escrito a unos cientos, quizás mil, a mil periódicos digitales en papel y de este país, para publicar artículos de opinión (no una vez, sino varias veces) –todos hasta ahora, sin recibir estipendios…-. Y, desde luego a decenas, a cientos de revistas de todas las temáticas –publicar columnas de opinión o, y, viñetas de humos-. También a las Agencias de Noticias –también a medios televisivos y radios y otras Webs, con la finalidad, simple y llana, de que mis crónicas y comentarios, puedan ocupar un trozo de ese pastel papel de publicado y publicable… 

Sé que ya estoy en la última trayectoria de mi existencia, no sé, cuántas lunas me quedan/restan para el tránsito. No me engaño y no miento. Pero me gustaría, antes de presentarme ante el Buen Dios, que un medio, me contratase, quizás, uno se sentaría en el Último Viaje, y, se diría a sí mismo, más de cincuenta años de fracasos, al día de hoy, que llevo juntando letras y palabras y frases y enunciados e ideas, ha tenido al final, una pequeña sonrisa de pequeño éxito. Decirme a mi mismo, no todo ha sido un fracaso, como el empresario del Pollo-Pollo o el éxito del autor de Peter Pan, (ese empresario o ese escritor que le tocó al final de su existencia), la lotería del éxito, en sus casos, un enorme éxito. 

A mí, si no me lo toman como vanidad o soberbia o grandilocuencia o atrevimiento me gustaría que la Agencia Colpisa me contratase como firma de opinión. Sé que es un sueño casi imposible/irrealizable, -con los miles de periodistas de título que no tienen trabajo, y, que posiblemente se lo merezcan más que mi persona-, pero… si no es posible éste me conformaría con que lo hiciese El País, El Mundo, el Confidencial, El Español, La Razón, 20 minutos, El ABC, o, cualquiera de las otras decenas existentes… Paz y bien… ¡De todas formas, soy agradecido con todos los periódicos digitales que ahora me publican o me han publicado! ¡Quede claro, aquí mi homenaje y respeto y alabanza y agradecimiento…! 


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