ÚLTIMA HORA

ARTÍCULO SURREALISTA, III

Emerge lo interior en lo exterior, lo exterior en el interior, como corriente eléctrica alterna de ideas-sentimientos-pasiones-conceptos-percepciones-recuerdos. Eso es lo que somos, o parte de lo que somos. Sabiendo ya que la masa cerebral trabaja libremente, en mucho, sin saber nosotros como funciona. Sobre el sentido del mundo.

Algunas ideologías dónde son mayoría no dejan que existan otras. Dónde son minoría exigen que se les respete su diferencia y su minoría y su ideología. Letargo de la mirada. Caminar y recaminar. Cuántas personas se quedan en las cunetas de la historia, de su microhistoria, de su microhistoria. Exigen aquí, en sociedades de destino derechos que no exigen en comunidades de paso, ni tampoco en las del origen. Solo un Único Estado Mundial puede que nos permita sobrevivir como especie, pero tantas ideologías diferentes no nos permiten ponernos de acuerdo. La riqueza cultural es buena y excelente, pero se necesita en la acción colectiva ponerse de acuerdo entre todos.

¿Está muriendo mi civilización europea? ¿Estoy asistiendo a su final, y está cayendo en una decadencia que perdurará generaciones, y que otras formas de entender el mundo se apoderarán de la occidental siempre abierta a la evolución y al cambio? Pregunto a las nubes y a los árboles y todos callan. Una mano, un pie, unos ojos… No es literatura sino literatura y filosofía, no es arte sino arte y literatura y filosofía. Este es el método que he entresacado de la mente y de la realidad, para entender y comprender. A todo ello se le suma y combina todo lo demás, es decir, la ortodoxia del saber, en la medida que la conozco. Disponen ustedes aquí en la televisión pública, en occidente de un programa gratuito, ustedes aquí que son minoría, pero dónde ustedes son mayoría, y otros son minoría, no les permiten tener un programa gratuito televisivo en el medio del Estado. La ley del embudo, lo ancho para mí siempre, lo estrecho para ti siempre.

Imaginad una pirámide de paraguas abiertos, unos encima de otros, con una altura de cien metros, cada lado de cien metros. Imaginad debajo del mar, un cubo transparente de varios metros de lado, lleno de bolas de diferentes colores dentro de esa geometría. Dos ojos y un cerebro mirando. Siempre estamos dentro de un espacio, sea arquitectónico humano, sea natural de la naturaleza, sea pequeño o sea enorme.

Reflejar casi el infinito en una imagen-idea-concepto-fotograma. Directores de cine filósofos-teólogos. Un ser humano con tres azadas en las manos observando el silencio del sol en el horizonte. Nos estamos acercando al mundo de la Inteligencia Artificial. ¿Qué haremos cuándo besen nuestros pensamientos? Irán poco a poco. Cuándo nos demos cuenta, ya los tendremos aquí con y en nosotros. ¿Y qué harán con lo puramente humano, los que gestionan las sociedades, qué dirán entonces los grandes intelectuales?

Todo se queda pequeño. Las palabras, solo frases, aunque combines en ellas, emociones y conceptos, se queda ya limitado cualquier género literario, si lo comparamos con la ópera o el cine, que son artes totales. Por eso, intento horadar un poco la montaña del silencio, para llevar a los hipotéticos lectores y lectoras, un poco más lejos de sí mismos. En la mismidad más profunda del ser. Pero quién ha alcanzado esta realidad, si por definición, la mente-conciencia es movimiento.

Flotando sobre un gran lago de agua verdes azuladas. En la orilla diez personas semitumbadas, andando de rodillas intentando captar el movimiento de cien cangrejos. ¿Estoy en la última explosión de cultura europea, cuándo una civilización está muriendo se produce el último florecer como una enorme sinfonía de esa civilización a nivel cultural? ¿Quién tenga la hegemonía económica, al final, impone su cultura, además de su política, sociedad, antropología, psicología? Un edificio llenas de sus paredes, un edificio de diez plantas, revestido por fuera, de docenas de pinturas acrílicas entre metacrilato. Un botijo que flota en el interior de un templo griego antiguo.

No se es un misántropo, porque se ama al ser humano concreto y a la humanidad, presente y del pasado y la que imaginamos vendrá. Pero toda la existencia encerrado en el silencio del rincón. El gran delito es intentar haber guardado la propia intimidad y libertad. En el recinto de los pies ennegrecidos de barro y de esperanza. La gran sanción la soledad silenciosa. El gran delito haber intentado entender y comprender lo humano y lo no humano para que el ser humano aspire a un grado más alto de la perfección ética y moral, y en todos los sentidos. Que la humanidad no desaparezca. Pero luchando con mil gigantes, molino de vientos, de mil ideas y posibilidades posibles.

Todo somos personajes de nosotros mismos y de los demás. Horadar en el fondo de arena y hierro y aluminio y carne y alma. E intentar descifrar en la dialéctica laberíntica de lo que somos y somos, y no solo en los cambios que se producen. Millones de seres somos cada día. Millones de intercambios neuronales se producen cada amanecer. Y hacemos nuestra persona y nuestro personaje. Esperando que un día estemos al Lado del Gran Personaje Eterno, Buen Dios.

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