ÚLTIMA HORA

APOTEGMAS XI DE JUAN DE PORTOPLANO

Aquella mañana el de Portoplano no salió de su vivienda-casa-hogar-piso-lugar. Se quedó frente a la luz de las brasas. Y pensaba y repensaba. Pero no sabía sobre qué centrar esa mañana el pensar. Sobre qué clavo enderezarlo o retorcerlo. Solo estaba en el silencio de sus pensamientos que formaban sinfonías de posibilidades, y después tendría que escoger una.

- Quisiera que las frases que escribo o que hablo, se acercasen a la realidad, pero aunque la realidad sea negra y triste, tuviesen en sí, un hálito de esperanza y de sosiego.

- Sé que es el sarcasmo, la ironía, la crítica negativa, la queja son instrumentos muy sobrevalorados en la crítica literaria e intelectual. Pero yo, yo personalmente, me gusta la mesura y la prudencia, el comedimiento en cada frase o en cada pintura. Por muy negra que sea la realidad, por muy triste, la intentamos comprender para intentar que al menos se convierta en gris.

- Añoras haber sido un gran escritor literario, o un gran artista plástico, o un gran filósofo pensador, o… Pero parece ser, según el silencio de tus coetáneos, que solo eres mediocre en todo. No tienes que ofenderte contra ti mismo, es igual como si alguien se enfadase consigo mismo porque no mide cincuenta centímetros más o tener otro color de piel.

- No sé casi nada, y usted.

- No sé por qué se ofende conmigo, porque yo sobre un tema tenga otras ideas que usted. Acaso no tengo distinto rostro que usted, por qué debería tener la misma cara o rostro o faz que usted. O usted que yo.

- No creo en el relativismo de la verdad, ni de la bondad. De diez afirmaciones, creo que unas son más verdaderas y más bondadosas y otras menos.

- No todo se puede demostrar por el momento, pero unas demostraciones son más verdaderas que otras, unas afirmaciones más verdaderas y bondadosas que otras.

- Has metido en el infierno de la maldad a alguien, que ni siquiera has escuchado sus argumentos y sus razones. O has metido en el paraíso de la bondad, a alguien, que ni siquiera has oído sus argumentos y sus razones.

- Tener un temor profundo en la más profunda alma, por no saber, qué va a suceder de tu sociedad, país y Estado. El temor de conocer suficiente historia, y temer que lo peor de la propia historia de tu sociedad, país, Estado se repita y reitere.

- Ten conmiseración y piedad de todo ser humano, empezando por ti mismo.

- Enseñar la verdadera bondad y verdadera no bondad, es el camino más evidente y claro para la prosperidad económica individual y familiar y social.

- Llevo en sí, dentro de mi, sin saberlo, un enorme mar de preguntas y datos y afirmaciones. Que cuándo escarbo fluyen sin detenerse, sobre multitud de temas. No digo que todas sean verdaderas, ni tengan el mismo nivel de verdad, pero están dentro luchando entre sí, casi toda la existencia.

- De tantos, a tantos tendí la mano, y de tantos recibí que me cortasen uno o varios dedos, incluso la mano…

- No temo la muerte, siempre que hayas completado tu ciclo vital, terminar de criar a tu familia, haber laborado en tu especialidad, de haber sido honesto y moral. Pero si temo el Después de la Muerte o Tránsito, si iré al Lado Bueno de la Eternidad o iré al Lado Malo de la eternidad.

- Siempre he buscado a Dios. Siempre. Comprendo que usted esta cuestión, le interese menos. Pero el problema es que le interesará y mucho, unos días o semanas o minutos antes de fallecer. Esa es mi ventaja sobre usted, aunque ahora, usted crea que es mi desventaja.

- Intento encerrar en una frase o en tres, lo que otros exploran en varias docenas de páginas, dándoles la forma de relato o novela o teatro o artículo científico…

- No necesito para sentirme importante, sentir o querer o pensar diferente a los demás. Es más, desearía pensar como los demás, pero los demás no piensan todos igual. Por tanto, solo me queda una salida intentar pensar en cada cuestión según la realidad de ese tema. Si coincide con los demás, bien, si no, pues menos bien, pero qué le voy a hacer. No necesito singularizarme, porque estoy cansado de caminar solo.

- Dicen, que no importa si un escritor o pensador o investigador, no se valora en su época o tiempo, ya se hará si tiene valor en el futuro. Lo que sucede es que en el futuro, cincuenta o cien años, quizás ya se hayan perdido o destruido sus palabras, sus frases, sus pinturas, sus composiciones musicales, sus teoremas o lo que sea. Ese es el problema.

- Quizás, exista en la sociedad actual, un síndrome de Barbie, que se muestra de diversos modos, es el exagerado interés por ser bella o bello, incluso en ciertos grados exagerados, una enorme cantidad de cirugía estética. Y en sus formas más leves, una constante culto al cuerpo, de estar en forma, de tener unas proporciones, de gimnasios constantes, de dietas, etc.

Vuelto del paseo matutino el de Portoplano añoraba algunas veces, haber podido formar una tertulia con los grandes del pasado, en los temas morales, sean filósofos o literatos o teólogos. Se imaginan ustedes una mesa redonda con los grandes príncipes de la moralidad de todos los siglos y milenios.

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