ÚLTIMA HORA

ALEJANDRA PIZARNIK O LA INDAGACIÓN EN LA SUBJETIVIDAD

Alejandra Pizarnik, Avellaneda, 1936, Buenos Aires, 1972, Argentina. Pizarnik la escritora y poeta que estuvo toda su vida intentando disminuir su ansiedad, aumentar su autoestima, y en ese caminar nos dejó una obra literaria de enorme valor.

- El escritor o escritora, que está siempre en la cuerda floja del abismo entre las palabras, los sentimientos y las ideas y las circunstancias de espacio-tiempo, de origen y de presente y de futuro. Que de alguna manera se juega la vida en cada página o poema, que al irradiar hacia fuera los misterios y enigmas del interior, en definitiva, del ser humano, juega al laberinto del minotauro consigo mismo, quizás a veces, de la ruleta rusa emocional.

El verdadero escritor o escritora, triunfe o fracase, sea aceptada su producción o negada, está siempre sobre un volcán interior-exterior, que algo de todo ello muestra, con un arte y con un género o combinación de géneros de ese arte o artes.

Es como una eterna sentencia de salvarse cada día, en cada página, para intentar que la presión del interior no rompa el interior, que la presión del exterior no destruya el poco o mucho equilibrio del adentro.

- Pizarnik, de origen ruso su familia, siempre estuvo luchando con la soledad, el silencio, la angustia, la muerte, la inseguridad, la baja autoestima. Siempre intentó con esa vocación a la escritura, ayudada por el psicoanálisis, entrar en su corazón, para de ese modo curar, curarse de los monstruos y purgatorios que le acompañaban desde la adolescencia, al menos.

Toda vida humana, es semejante a todas las demás, es diferente a todas las demás, se sea escritora o no se sea. Tenga una situación material o económica o social o cultural o ideológica o tenga otra.

Quizás, muchos escritores o escritoras, escriben para intentar reducir la tensión interna, para encontrar un equilibrio entre el ser y el estar, entre el estar y el ser, y entre los amaneceres y los anocheceres, entre los pasados-presentes-futuros.

París fue el intento, me atrevo a reinterpretar, para encontrar una ciudad y ella en una ciudad-lugar-sociedad. Pero llegó a Paris y volvió de Paris. El eterno viaje del interior al exterior, y del exterior al interior. Y mientras tanto se hizo poeta, pero no fue capaz de encajar-armonizar su yo con su propio yo, su yo en el mundo-sociedad-naturaleza-Naturaleza.

- ¿Tantas veces, nuestra autora se hizo y rehizo en y con las preguntas sobre la muerte, la angustia, el sufrir y el sufrimiento, la pena, la culpabilidad, por qué recibí tal sufrimiento o golpe de la vida o tal otro?

Para Pizarnik el escribir, no es solo intentar un modo de vida, una forma de estar en el mundo, un reconocimiento, sino también un intentar entenderse y comprenderse, una especie de terapia, complementaria de las sesiones de psicoterapia a las que se sometió y buceó.

Quizás, la vida-existencia-tiempo-lugar complicó de alguna manera todo su ser y vivir. Todo ser vivo, sea humano o no humano, llega un momento que se lanza o tiran al mundo, por la edad y las circunstancias, y la mayoría no sabemos nadar-flotar en esas aguas de circunstancias y de otros yoes, con sus intereses sobre sí mismos y sobre los demás. Quizás, demasiadas veces, sin una moralidad y eticidad mínima correcta en el juego del vivir, de unos y de otros. Además de la carga emocional, positiva y negativa de cada atleta en el existir-vivir.

- Muchos, muchas no entienden-comprenden, ese ansia que algunos seres de nuestra especie tienen por ser-estar y realizar-construir un mundo, que denominamos artístico-estético. Ese deseo que rompe a las personas en muchos sentidos por dentro. Que ellos o ellas, piensan que con ese arte, se están construyendo y reconstruyendo, y en la mayoría de casos, si es cierto que reconstruyen pero se desconstruyen, se realizan y se desrealizan, se materializan y se desmaterializan. Da lo mismo el arte, sea la música, sea la literatura, sea la poesía, sea la pintura, sea… Es ese eterno camino del Minotauro buscando su Ítaca, del Minotauro queriendo convertirse en Ulises.

Pizarnik como toda persona con sus alturas y sus abismos, sus triunfos y penas, es un gran espejo múltiple que nos enseña mucho de nosotros mismos, porque todos somos ella de algún modo, ella es algo de todos nosotros de muchas maneras. ¡Qué pena que su tiempo durase tan poco tiempo, que su sombra en los vaivenes de este existir, durase-ocupase tan poco espacio!

- Para terminar, y como siempre no cansar más, sino después de dar unas paletas de frases, para homenajear a esta persona-poeta, y para que sirva para incentivar que otros ojos y paladares comprendan algo de su vida y de su escritura. Que en definitiva, nos habla de ella, un ser y sujeto individual, pero que nos habla de todo y de todos. Porque todos somos todos, cada uno, es singular en algo, es semejante en casi todo.

Pizarnik, me recuerda mucho a Lorca, no sé por qué, dos vidas truncadas, por razones diferentes, dos seres con sus angustias y penas y sufrimientos. Dos seres, que de haber vivido y existido, hasta los ochenta años, quién sabe si les hubiesen otorgado el Nobel, pero sobretodo, podrían habernos regalado al mundo, cientos de frases y de poemas, y hubiésemos esperado-deseado que hubiesen encontrado cuándo las hormonas se hubiesen sosegado, hubiesen hallado un poco más de paz en este mundo. Aquí mis pequeñas flores de palabras a Pizarnik.                

Noticias más leídas del día

Alvise Pérez sobre el cierre de Telegram

EE.UU.: ¿Fútbol sin pasión? (VÍDEO)

Canarias al caer la tarde del 28 de Marzo de 2024