El PP aconseja que se siga el criterio de todas las asociaciones del taxi y se convoque una votación antes de imponer la parada obligatoria

 “Ya hasta la ATAT le está pidiendo al PSOE que se dé la voz a cada taxista para decidir una cuestión tan trascendental”, afirma el concejal popular Ángel Sabroso, después de que la nueva junta directiva de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi (ATAT) -y principal impulsora de la medida- lo solicitara ayer mismo.

 "El PSOE debe abandonar el día de la marmota con el taxi, superar este asunto con el que lleva estancado siete años y empezar de una vez a apoyar a los taxistas fomentando la demanda, mejorando su circulación en la caótica ciudad que están dejando y pagando las ayudas prometidas y aprobadas en pleno que siguen sin tramitar", asegura el edil del PP.

 Sabroso enfatiza que “si había alguna duda” de que lo más sensato es que los propios profesionales del taxi elijan su futuro, tras el pronunciamiento público de una de las asociaciones de taxistas que más ha abogado por la implantación de la parada obligatoria -pidiendo que se consulte mediante referéndum a cada taxista con carácter previo- “esas dudas deben desaparecer del todo”, añade. 

“La representatividad asociativa es muy importante en todos los sectores, pero las decisiones nucleares, las que afectan al proyecto de vida de cada persona, deben contar con la opinión expresa de cada una de ellas”, indica el concejal del PP, quien recuerda que intervenir en la libre capacidad de auto-organización de trabajadores autónomos que ejercen la actividad del taxi bajo su riesgo y ventura “es una decisión tan importante que solo tendría justificación si son los propios trabajadores autónomos quienes lo piden”.

 Los populares defienden que si los taxistas tienen claro que lo que necesitan es una regulación por parte de la Administración, el Ayuntamiento debe estar ahí para ayudarles, pero si esa petición no está contrastada que es la de una amplia mayoría, “que este debate se supere de una vez y el PSOE se centre en apoyar a este servicio público con la multitud de necesidades que tiene”.

 Sabroso concluye recordando que quitar taxis de la calle “es disminuir la oferta para los clientes y es reducir la capacidad de trabajo del sector”. ¿Cuántos puestos de trabajo se pueden perder por una decisión así? ¿Cuántas horas de trabajo menos puede suponer para los asalariados? ¿Cuanta pérdida de capacidad para generar trabajos nuevos puede acarrear? Todo esto debe estar muy medido y estudiado antes de decidirse y, sobre todo, debe ser cada taxista quien tenga la posibilidad de pronunciarse antes de decidirlo”, finaliza.