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La videncia, la eterna duda entre la legalidad y la estafa

Canarias Noticias - 21/06/2018

Los servicios de videncia son muy comunes en España. Aparecen desde hace décadas en medios de comunicación y en tablones publicitarios. Lo que hace años eran las guías telefónicas y de servicios han pasado en la actualidad a ser las páginas de anuncios en internet, y en ellas están de manera muy destacada los anuncios de videncia.

Lo cierto es que la videncia sigue siendo algo muy atractivo para muchas personas, pues somos muchos los que en alguna ocasión hemos deseado saber qué va a ser de nuestro futuro. Con este tema juega un papel fundamental la desesperación de muchas personas, que ante situaciones de verdadera urgencia, como pueden ser problemas familiares, económicos o de salud, acuden a videntes, tarotistas, pitonisas, médiums... que, como comentamos, tienen un gran nicho en internet y antes lo tenían en televisión.

En la década de los 90 y los 2000, con numerosos videntes y tarotistas "famosos" que salían en televisión, alimentó igualmente la fama de estas profesiones.

¿Por qué existen tantos videntes y tarotistas?

Según explica el presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, el éxito de estos servicios tanto en televisión como en internet se debe a que existe una causa psicosocial que hace que mucha gente confíe o vea en las paraciencias esa solución a problemas o situaciones inexplicables.

En televisión, el éxito de audiencia también está basado en que los programas de videntes son contenidos de fácil realización, baratos y que, por si esto fuera poco, cuentan con un número de tarificación adicional que los hace muy rentables. Si esto ocurre en las televisiones "legales", es en las televisiones que emiten sin licencia, las que más se benefician de estos programas, pues ofrecen un importante beneficio económico.

En cualquier caso, existe mucho misterio sobre el tarot y los servicios de videncia. No solo en televisión proliferan estos servicios. En internet encontramos servicios de tarot gratis que ofrecen tiradas de tarot rápidas. El tarot gratis es una oferta tentadora para quien cree en estas paraciencias.

 

Una profesión completamente legal

A pesar de que existen muchas dudas y algunas leyendas sonre esta profesión, la realidad es que a día de hoy es un oficio completamente legal. Los profesionales de la videncia deienden que se trata de una progesión como cualquier otra, aunque reconocen que en muchos casos se engaña a la gente.

Para evitar este tipo de engaños, la mejor opción es localizar las mejores videntes de España. En internet podemos encontrar videntes muy buenas por teléfono, buenas videntes que son conocedoras de su oficio y que tienen por propóstio realizar su trabajo de la manera más profesional posible.

La cuestión que surge cuando se habla de este tipo de servicios es, ¿hasta qué punto acertar en el pronóstico del futuro o cumplir un conjuro para modificar la voluntad de una persona es cuestionable o incluso, denunciable?

Cuando los profesionales de la videncia ofrecen sus augurios o sus mensajes lo hacen para ayudar, pero si nada de lo que dicen se cumple siempre queda la duda de que está comentiendo un engaño.

Son muchas las profesionales del sector que se promocionan como la mejor vidente de España. Ser la mejor o el mejor vidente es algo difícil de medir, pues España es un país con amplia tradición tarotista y son decenas de videntes españolas las que se pueden promocionar con este tipo de mensajes.

Entre estos profesionales destaca Rubí Tarotista y Vidente. Rubí es una gran tarotista que lleva años en la profesión y que está bastante recomendada por sus aciertos, de modo que los clientes suelen confiar bastante en ella.

¿Cómo descubrir si la videncia es un engaño o es un servicio legal?

No es fácil establecer cuándo la videncia, el tarot y los servicios de esoterismo son una forma de engaños o un servicio legal. El Tribunal Supremo, en su jurisprudencia, no siempre ha sido uniforme. Algunas sentencias consideran una estafa estos servicios, mientras que otras no. La clave parece estar en que es diferente sentirse estafado y que entregar dinero a videntes deba ser considerado como delito.

Para hablar de estafa, el elemento esencial es que exista un engaño premeditado y que sea considerado de envergadura, algo que en raras ocasiones ocurre con los números de tarificación adicional cuando una persona llama por teléfono a uno de estos tarotistas. No obstante, existen sentencias en las que no se consideran delitos estas actividades, puesto que lo que se hace en este negocio es contratar servicios donde se indican claramente su coste.

Las malas experiencias con los videntes

Son las malas experiencias con el tarot o los videntes las que acrecientan esta idea de que la videncia es una estafa. Merece la pena en este punto establecer diferencias entre un tarotista y un vidente.

Un buen tarotista es aquel que posee cualidades especiales como humildad, profesionalidad y sentido del deber. Entre el tarotista y el cliente debe existir una conexión importante, para que las cartas se expresen con libertad y acierto.

Los videntes son personas que se dedican a adivinar el futuro. Se concentran habitualmente en los grandes acontecimientos que están por llegar. Si son profesionales, deben buscar únicamente informaciones con respecto al futuro, y no preocuparse por el pasado o enredarse en cuestiones que poco tienen que ver con ese objetivo.

La clave para encontrar profesionales de confianza pasan por llegar hasta un tarorista o un vidente con el que exista una fuerte conexión. Si no existe un verdadero feeling entre la persona especialista y quien desea encontrar respuestas sobre el futuro, nunca será un servicio completo y válido, y es cuando hay que comenzar a tener dudas sobre el oficio.

Por último, para que tarot funcione, tener la mente abierta es impescindible. Ppoder ser capaces de conectar y ayudar al consejero a encaminar la consulta con preguntas adecuadas es una de las claves del éxito o el fracaso de estos servicios. En ningún caso se podrá leer o adivinar el futuro de alguien que realmente no cree en estas formas de conocimiento o sabiduría.

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