Los baños en piscinas y en el mar provocan un aumento de los casos de otitis en verano
El uso de tapones protectores, un secado correcto y evitar el uso de bastoncillos son los principales aliados para prevenir su aparición
La llegada del verano y de los baños en piscinas y en el mar va unido a un aumento de casos de otitis, una de las patologías más frecuentes en esta época del año, que se hace especialmente sensible en los más pequeños, explica el otorrinolaringólogo de Hospital Parque Francisco Redondo.
Señala que esta patología, que afecta a un 10% de la población en algún momento de su vida, consiste en una infección de origen bacteriano o por hongos que se produce tras la entrada de agua con gérmenes en el oído. En este caso, los niños son uno de los segmentos poblacionales más susceptibles de padecerla, al contar con un conducto auditivo más estrecho, lo que favorece que se acumule el agua.
A ello se suman también las personas con piel seca, con eccemas en el conducto auditivo o con poco cerumen, teniendo en cuenta que dicha sustancia es la artífice de la protección del oído frente a las infecciones.
La sudoración excesiva, junto a un rascado frecuente del oído completan las causas de la aparición de la otitis. Sus síntomas, señala Redondo, se centran en un cierre del conducto auditivo, que atrapa el agua con cloro o gérmenes, lo que provoca picor y un dolor intenso que aumenta solo con tocar o con la tracción del pabellón auditivo.
El otorrinolaringólogo de Hospital Parque señala que, aunque suele tener una curación espontánea hasta en el 80% de los casos, es necesario acudir al especialista si se detecta cualquier síntoma. En estos casos, el tratamiento se lleva a cabo a través de gotas óticas en función del tipo de infección existente. A esto se suma la administración de anelgésicos y antiinflamatorios para paliar el dolor intenso.
En los casos rebeldes, se incluye también un cultivo el líquido que sale del oído.
Francisco Redondo añade que se puede prevenir la aparición de otitis con medidas sencillas que evitan infecciones, En este sentido, recomienda utilizar tapones de baño especialmente en las piscinas, y mantener los oídos secos y limpios tras el baño, secándolos bien con una toalla fina.
Asimismo, se debe evitar manipular el oído con agentes externos como los bastoncillos, que eliminan el papel protector del cerumen y lo convierten en una barrera que facilita que se acumule agua y se desarrolle la infección.
Por otro lado, advierte que aquellas personas que hayan padecido otitis deben realizarse una revisión anual y aquellos que sufren tapones de cerumen se recomienda extraerlos antes de la temporada de baño para evitar que el agua quede atrapada en el conducto.