El Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida rinde homenaje a mujeres satauteñas que destacan por sus iniciativas emprendedoras

Con motivo del Día Internacional de la Mujer el Ayuntamiento homenajea a mujeres que despuntan en los distintos sectores de la economía. En el sector primario, Sonia Mayor Umpiérrez, hija de pastor y quesera, es una próspera ganadera radicada en la zona de Los Olivos que maneja además dos fincas agrícolas semiecológicas destinadas al cultivo de hortalizas (tomate, pimientos, papas, calabacines, etc.), así como diversos tipos de forrajes de especies autóctonas, como la lenteja pardina, el trigo ligero, la avena o la cebada del país, entre otras.

Además, coopera en el Banco de semillas canario y es miembro de PACA (Producción de Alimentos de Consumo Animal), siendo la única mujer entre sus filas. Leticia Jiménez Ortega, trabaja la agricultora ecológica y se dedica a incentivar y crear Grupos de consumo responsable en los que reparte el pan que ella amasa y las verduras cultivadas por ella misma. Quienes se asocian a su Grupo Local de consumo Sataute pasan de ser un mero consumidor a un prosumidor.

En el sector secundario, Estrella Ortíz Navarro, se hizo cargo de la dirección de la empresa familiar de elaboración de productos cárnicos. Su trabajo artesanal incluye salchichas tipo frankfurt, salchichas parrilleras y un delicioso paté ahumado que distribuye en cadenas de supermercados y grandes superficies, bajo la marca ‘Mano  de Hierro’. Mª del Rosario Medina Socorro, conocida por Chary, comienza su andadura en la elaboración de productos agroalimentarios comercializando por medio de la moneda social Demos sus mermeladas naturales, saltando posteriormente al mercado formal con sus mermeladas, mojos y otras creaciones originales, bajo la marca Mamasayo. Ahora también comercializa su propia marca de miel.

En el sector terciario Dolores Socorro Rodríguez, Lola, regenta desde 1980 la última tienda de aceite y vinagre  de la Villa, localizada en Pino Santo Alto, un símbolo histórico-cultural del barrio, recogido en la Carta Etnográfica de la FEDAC. Y, por último, Aida Armas Santana empezó en la profesión de cocinera, desde abajo, de freganchina en un restaurante alemán de la Villa, para luego ser pinche, y de ahí dar el salto a los fogones para enriquecer la oferta culinaria de la Isla, aportando novedades al complicado arte de la gastronomía desde el restaurante Bernardino, que con unas maravillosas vistas se localiza en Gamonal Alto.

En la clausura del acto, presidido por el Alcalde que estuvo acompañado por la Concejal de Igualdad, se puso de manifiesto que muchas otras mujeres de la Villa en el casco, el Monte Lentiscal, La Atalaya y otros barrios lideran iniciativas empresariales exitosas salvando la triple jornada laboral en la que el trabajo remunerado, se combina con el trabajo doméstico y de cuidado, no remunerado y desvalorizado, y el trabajo comunitario.